Hoy 29 de mayo se celebra en nuestro país el “Día del Servidor Público”, una fecha poco conocida y mucho menos reconocida.
El gran problema es que hay mucha ignorancia respecto a la realidad de nuestros trabajadores estatales. En prensa suele tratarse sólo los temas relativos a los sistemas de corrupción y las escandalosas celebraciones de algunos funcionarios públicos. Del resto de cosas nadie habla y a nadie le interesa hablar.
Ser un servidor público no es algo fácil. El sistema en general es hostil con los trabajadores de las entidades públicas y las condiciones de trabajo muchas veces son dramáticas. Por ejemplo, encontramos carencias en:
a) Condiciones de trabajo
En muchas entidades del Estado las condiciones de trabajo son terribles, no se tienen equipos suficientes o modernos para trabajar, tampoco materiales de oficina y mucho menos bienes de consumo diario como papel higiénico y jabón en los baños. Si alguna vez le ha tocado visitar una oficina de pública encontrará en los cajones de los trabajadores rollos de papel que son cuidados como oro pues no se saben cuándo se contará con algo tan básico como esto en los sanitarios de la institución.
b) Clima laboral
¿Ha escuchado usted hablar de “clima laboral” en el Estado? ¿Se imagina cuál sería el resultado de aplicar una encuesta del tipo Great Place to Work en nuestro aparato estatal? Claro, cuando sale una noticia donde se muestra alguna celebración hecha por una entidad pública para sus trabajadores viene el bullying mediático y se critica hasta el último centavo gastado en la actividad. Y es que los privados si merecen tener actividades de motivación, pero los públicos deben sacrificarse por su país y trabajar como máquinas sin descanso ni incentivo ¿no?
Lo más terrible es que es el mismo sistema y la misma sociedad ha caracterizado a sus trabajadores públicos como aquellos profesionales o trabajadores poco exitosos que, al no poder ingresar al mundo privado, no han tenido otro remedio que quedarse a trabajar en el sector público. Los miran sobre el hombro, con aire de superioridad y hasta con un poco de pena. Cuando se identifica a un buen profesional estatal es rápidamente “rescatado” y como el Estado tiene poca capacidad de negociación para ofrecer mejores sueldos o condiciones de trabajo, se queda sin sus mejores cuadros.
Es cierto que dentro de las instituciones públicas hay miles de vicios, gente corrupta e indeseable pero sería bueno ponernos una mano al pecho y preguntarnos cuánto de ello es culpa nuestra. Cuántos contribuimos por egoísmo y sobre todo por ignorancia a que esto no cambie. Cuántos somos indiferentes hasta que requerimos del Estado y no dudamos en estirar la mano para sobornar sin descaro a alguno de esos trabajadores y luego somos los primeros en tirar la piedra como si estuviéramos libres de pecado.
Nadie conoce mejor la complejidad de nuestra sociedad que los trabajadores públicos; nadie la entiende mejor en su real magnitud porque el resto de sectores se queda con una proporción muy pequeña comprendida por sus clientes. Sin embargo, los estatales trabajan con ciudadanos con necesidades, problemas y urgencias las 24 horas de los 365 días del año. Hoy en lugar de seguir tirando piedras deberíamos reconocerlos por trabajar por nuestro país a pesar de estas condiciones. De repente sólo bastaría con decirles GRACIAS
ASI RECIBIMOS ESTE DÍA LOS SERVIDORES PÚBLICOS, POR CULPA DE UN PRESIDENTE QUE PROMETIÓ UNA VEZ Y OTRA RESPETAR LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES, SIN EMBARGO HOY OBEDECIENDO A INTERESES AJENOS A NUESTRO PAIS PRETENDE IMPLEMENTAR UNA LEY DEL SERVICIO CIVIL DESCONOCIENDO TODOS LOS DERECHOS LOGRADOS EN MUCHOS AÑOS DE LUCHAS; HOY MÁS QUE NUNCA NECESITAMOS ESTAR UNIDOS ANTE ESTA ARREMETIDA QUE HACE EL GOBERNANTE DE TURNO, LA LUCHA CONTINÚA DURANTE ESTA HUELGA GENERAL INDEFINIDA.
